sábado, 30 de noviembre de 2002

Ensayo de democracia

Fundada por el novelista y cineasta Jesús Díaz y por la diplomática Annabelle Rodríguez, la revista Encuentro de la Cultura Cubana cumple seis años de acercar a los cubanos del exilio y de la isla en un mismo espacio editorial, en una suerte de ensayo de la democracia cubana. Para hablarnos de este proyecto fundamental y del legado que dejó el fallecido Jesús Díaz nos dirigimos a la sede de la revista, en Madrid, y conversamos con la propia Anabelle y el nuevo jefe de redacción, el novelista cubano Luis Manuel García.

¿Cuáles fueron los objetivos iniciales de Encuentro?
Annabelle Rodríguez: El objetivo principal de la revista era publicar trabajos de autores cubanos que viven dentro de la isla, fueran cuales fueran sus ideas, y de autores que viven en la diáspora. Esto se ha conseguido. Hubo una especie de veto oficial por parte del régimen. Sin embargo, no ha habido un solo número de la revista que no haya contado con una amplia participación de escritores de dentro de la isla. La segunda meta era que la revista se leyera dentro de Cuba, y lo estamos consiguiendo. De cada tirada trimestral estamos reservando mil quinientos ejemplares para el interior de la isla. Las revistas entran por vías no oficiales: amigos que viajan allá, valijas diplomáticas de distintas embajadas, viajeros que pasan por Madrid... La revista no sólo llega y circula por toda la isla, sino que algunos lectores sacan copias de artículos y los reparten. Además, se está vendiendo en kioscos "alternativos" de La Habana, en donde se venden libros de todos los escritores "prohibidos", como Guillermo Cabrera Infante, Reinaldo Arenas, Jesús Díaz...
Luis Manuel García: Encuentro ha tenido una importancia muy particular, que explica la ferocidad con que el gobierno cubano la ha atacado. A partir de la Revolución, en Cuba hubo una polarización muy feroz de las posiciones políticas. Se extirpó todo tipo de oposición política legal, se estandarizaron completamente todos los medios de comunicación y se pusieron al servicio de una sola voz. A partir de este momento, el exilio creó una serie de publicaciones en las que la crítica al gobierno ha sido maniquea en el sentido contrario, quizá como una respuesta lógica. Encuentro es la primera revista que busca un espacio de diálogo. Esto es lo que más daño está haciendo al gobierno cubano.
AR: Para nosotros, quienes están dentro de Cuba, incluso los que están en el gobierno, son tan respetables como cualquiera. No son nuestros enemigos, sino que discrepamos de lo que se hace en Cuba y lo expresamos así. Queremos una Cuba sin exclusiones de ningún tipo. La revista la vemos como un ensayo de democracia, una preparación para el futuro, un sitio en donde los cubanos aprendan a discutir sin considerarse enemigos.

¿Qué acogida ha tenido Encuentro en España?
AR: Hemos tenido muchísimo apoyo. De hecho, Encuentro surge gracias a una subvención de la Agencia Española de Cooperación Internacional bajo el gobierno de Felipe González, que ha sido uno de nuestros principales valedores. Todas las instituciones españolas nos han acogido, y los autores españoles han sido también una presencia constante.

¿Qué es cubaencuentro.com?
LMG: Es un periódico digital que se renueva diariamente. Tiene artículos de fondo y un pack de noticias sobre Cuba o temas relacionados con Cuba que se extraen tanto de la prensa cubana como de toda la prensa internacional. Hay artículos de colaboradores de todo el mundo, de los que un 50% vienen de dentro de Cuba. Además tenemos un foro donde participa gente de todas partes y un chat que se abre cada noche en un horario que permite que entren personas de Europa y de América.

¿Cómo se financia este periódico?
AR: Hemos tenido mucha comprensión por parte de distintos organismos. Ya te hablé de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Además, hemos recibido ayudas de instituciones como el Partido Socialdemócrata sueco, la Fundación Olof Palme, la Fundación Pablo Iglesias, la Junta de Andalucía, la Dirección General del Libro del Ministerio de Educación y Cultura y otras que no tienen signo político, como las fundaciones ICO y Caja Madrid. Luego han entrado algunos patrocinadores del extranjero, como el National Endowment for Democracy y la Fundación Ford. La Unión Europea nos aprobó un donativo de quinientos mil euros para dos años. De lo que se trata es de crear un gran foro en el que cubanos del mundo entero se comuniquen. Ya en este momento hay una interacción muy interesante entre arquitectos que están trabajando en la recuperación del casco histórico de La Habana y arquitectos que están en Miami.
LMG: En Cuba ha habido un éxodo de dos millones de personas. La sangría de personal cualificado es impresionante. Son gente que se ha reinsertado en los países de acogida y que tiene enorme interés en interactuar con colegas de la isla. No pueden, porque Internet en Cuba está limitado a muy poca población y las tarifas telefónicas son de las más altas del mundo. Así, el cubano se ve desgajado de su ambiente intelectual natural. Nosotros queremos recomponer ese tejido intelectual. Es como la Cuba posible, pero virtual.

Supongo que tienen en mente que esa Cuba virtual dentro de unos años influirá en la Cuba real...
AR: Sí. La idea de la Asociación Encuentro es mudarse a Cuba el día que existan las libertades fundamentales, y hacer un periódico de papel, la revista mensual y, además, crear un instituto para estudios de posgrado.

¿Qué papel tuvo Jesús Díaz en la creación de este proyecto?
AR: Él llegó a Madrid con la ilusión de hacer esta revista, y llegó como un torrente. Fue quien tuvo esa idea, quien batalló por llevarla a cabo, quien durante seis años estuvo trabajando de manera casi obsesiva por que la revista cumpliera con estos parámetros. Le rendimos un homenaje en el próximo número, porque falleció en mayo de este año, dejando el proyecto muy encaminado, y gracias a eso vamos a poder continuarlo. Para sorpresa nuestra, que al principio habíamos pensado publicar cinco o seis ensayos sobre él, de pronto empezaron a llovernos colaboraciones de personalidades como Jorge Castañeda, Regis Debray, Felipe González, escritores cubanos como Rolando Díaz, Antonio Benítez Rojo, personalidades del interior de la isla... ~

(Texto publicado originalmente en la edición española de Letras Libres, núm. 14, noviembre de 2002) 

domingo, 30 de junio de 2002

Epitafio para Cinc d'Oros

"No pedimos ser eternos, sino sólo no ver cómo los actos y las cosas pierden sentido bruscamente", escribió el Saint-Exupéry de Vol de nuit. Y los libros nos dan sentido. Eso es lo que diferencia una tienda que se dedica a comerciar con ellos de otra que vende caramelos. Por eso preocupa que en un mismo mes y en la misma ciudad cierren dos librerías de reconocido prestigio. Hace poco cerró Cinc d'Oros, del matrimonio Carmen Aizpitarte-Jaume Farràs, que fue referente cultural del antifranquismo y vivió lo que Jesucristo, 33 años y algún calvario. Por las mismas fechas se despidió la Librería Francesa, fundada por los hermanos Piaget en 1845. Una se pregunta el porqué de este doble entierro, y si es casualidad o no, y se acerca a Barcelona a dilucidar motivos.
            "No hay ninguna situación de crisis en las librerías de Barcelona". Eladio Gutiérrez, del Gremi de Llibreters de Barcelona y Catalunya, comienza por tranquilizar al observador preocupado. Dice que ambos comercios estaban aquejados de los mismos males que cualquier establecimiento "de este tipo" en una ciudad grande. Situados en el centro y en locales de alquiler que comenzaron costando menos de treinta mil pesetas, estos sitios valen hoy lo insostenible. "La voracidad de las inmobiliarias es lo que acaba con estos negocios". Cuestión de dinero, principal y previsible razón de estos cierres.
            ¿Por qué piden los propietarios cantidades exorbitantes? Porque una norma legal, aprobada por el gobierno estatal, lo permite. Carmen Aizpitarte, fundadora de Cinc d'Oros, especifica qué les ha afectado más como empresa familiar: la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1994. A partir de su entrada en vigor, pasaron meteóricamente de pagar trescientas mil pesetas a casi setecientas mil por los 192 metros cuadrados de su local en la Diagonal. No obstante, las circunstancias de la Francesa no son las mismas que las de Cinc d'Oros: ninguna inmobiliaria está involucrada en la situación de la familia, que cierra su Librería Francesa a cambio de un acuerdo económico con Bami, la compradora del 91 del Paseo de Gracia. Mientras los dueños de Cinc d'Oros ponen fin a su gestión como libreros, la SGEL abre un espacio grande en otro emplazamiento céntrico, un lugar parecido a un bazar de aeropuerto, "donde tratan mucho la novedad, nada la especialización, porque la especialización es cara", me cuentan. La novedad, por propia definición, debe de incluir más premios Cervantes que a Cervantes mismo, que es todo menos nuevo. Los transmisores universales de la herencia intelectual suelen salir malparados de los anaqueles en estas nuevas "tiendas de libros con objetos".
            Carmen Aizpitarte habla de los establecimientos que expenden volúmenes al por mayor: "Yo he hecho la prueba de ir a buscar a estos grandes almacenes algo que no teníamos nosotros y nunca he tenido suerte. Porque el vendedor no está de espía del libro, sino para vender. No tiene la intuición de los libreros viejos". A grandes superficies, grandes ausencias. Así pues, no es asunto sólo de un puñado de euros y de una ley dañina. Carmen también opina que estos espacios han modificado los hábitos de compra del lector, que ya no es el mismo que intentaba hacerse a toda costa con obras de filósofos proscritos allá por los setenta. La sociedad ha cambiado, otro pilar del edificio de las culpas.
            ¿Quizá Cinc d'Oros tiró la toalla? Carmen confiesa: "Que no hemos sido lo suficientemente espabilados es algo que también pienso." Y menciona como ejemplo de espabilamiento la Librería Laie, que, repartida por Barcelona en cinco establecimientos, es elogiada por los que la conocen. De su parte, Luis Morral explica las claves para hacer frente al mercado: la especialización y los servicios alternativos. "El problema de la Francesa y de Cinc d'Oros es que eran generales, y hoy en día una librería general no puede competir con Fnac, El Corte Inglés o la Casa del Libro." Abierta hace más de veinte años, los socios fueron reorganizando su estrategia a medida que los tiempos mudaban, centrándose en el área de humanidades y, sobre todo, en ediciones extranjeras. Ahora, Laie cuenta con una librería-café en Pau Claris, cuatro locales más que combinan la venta de libros con la de artículos varios y una página Web desde donde consultar sus fondos. Morral confirma que les va muy bien a pesar de que el negocio librero es "poco rentable". "Has de buscar salida, ofrecer recursos alternativos, diversificar la oferta." Libros, café y otras mercancías. Tretas para hacer atractiva la compra de soportes de la cultura.
            Recuerdo el ánimo tranquilizador de Eladio Gutiérrez: "Mira, el lector de libros compra sus libros en las librerías y el lector de bestsellers va a los grandes almacenes", con lo cual quería decir que la cosa no es tan preocupante. Pero es imposible la calma. Las librerías son cada día menos y los bestsellers, cada día más. ~


(Texto publicado originalmente en la edición española de Letras Libres, núm. 9, junio de 2002.)