miércoles, 21 de septiembre de 2011

Veracruz

Hubo un tiempo en que me gustaba ir a Veracruz porque su Atlántico me recordaba al mío, mucho menos caliente.



Parezco una abuela, pero solo llevo cinco años aquí. Cada noticia así es un tachón en el mapa de lo que se podía hacer tranquilamente en México cuando llegué y que hoy pensaríamos dos veces. La glorieta de la foto es paso obligado si se quiere ir del puerto a Boca del Río a comer. Y por supuesto siempre se quiere.

La vida tiene estas cosas: la primera vez que fui a Veracruz, nos despertamos con la noticia de que ETA había roto una tregua; esperamos El País durante horas, y leyéndolo nos veíamos muy raros: el terror era algo tan ajeno a los clientes de La Parroquia...

martes, 20 de septiembre de 2011

la sopa de pescado

A Verónica Puertollano le pareció una buena idea que Cristian Campos me aplicara el ya célebre cuestionario del Pandemonium a mí también, aunque mi único mérito reconocido es subirme a las mesas a cantar por lo que se tercie. Las respuestas tuvieron cierto éxito entre mi público, que como se sabe es pequeño pero fiel. Sobre todo esa de la receta de la sopa pescado. En fin, que en vista de sus ganas de cambiar el mundo con ella, aquí está:

*Ingredientes (para bastantes):
- Una buena cantidad de sobras de pescado. Sobras, sí, pero: si su pescadero es de confianza, se abstendrá de echar espinas y le escogerá, en cambio, cabezas y despieces con abundante carne.
- Tres o cuatro dientes de ajo, al gusto.
- Una cebolla.
- Un pimiento rojo.
- Dos o tres tomates maduros.
- Aceite de oliva.


1. Cuézase el pescado en abundante agua con sal.
2. Una vez cocido, apártese el caldo y desmigájese el pescado con las manos. Sin remilgos: no se deje ninguna espina.
3. En una sartén, sofríase en aceite de oliva los dientes de ajo, la cebolla, el pimiento y los tomates.
4. Tritúrese el sofrito en la batidora y échese, junto con el pescado limpio, en el caldo.
5. Déjese hervir durante un buen rato. El asunto mejora al día siguiente.
6. En otra olla, sírvase la cantidad de caldo que vaya a comerse en cada momento y cocínese en él un puñadito de fideos por persona.
7. Sírvase y alucínese.


* Absténganse clientes habituales de El Bulli: la receta es vulgar y uno se mancha las manos. En la cocina, como en la cama, a veces no hay más remedio.